Colectivo Cultural Los de Allá

teatro del oprimido

¿El Teatro del Oprimido es para mi?

CÓMO SABER SI EL TEATRO DEL OPRIMIDO ES O NO PARA NOSOTROS.

Por: Eugenia de Combi.

 

Cuando me inscribí en un taller de teatro del oprimido por primera vez, lo hice porque un amigo me dijo que en el área de género del partido en el que él militaba estaban abriendo un grupo y que seguro me iba a gustar. Tomé la recomendación, estaba abierto al público en general y no había que ser del partido. 

 

Teatro de las Oprimidas

 

Escena de violencia doméstica. En la Fac. de Filosofía y Letras de la UBA, Buenos Aires, Argentina. Foto: Yas Stein

Al principio me sentí extraña, porque creía que, como mujer, me encontraba en un lugar privilegiado y que las opresiones de las que podíamos estar hablando no me tocaban de forma directa.

 

Sin embargo, con el devenir del taller me permití verme en situaciones de opresión, en roles donde estaba ejerciéndola o en los que estaba siendo víctima de ella, a veces contando mis historias y en otras, compartiendo  las de otras personas, pudiendo ponerle nombre y voz a las cosas que hasta ese momento no se habían podido nombrar. O tal vez, si alguien las había dicho, no había tenido el oído entrenado y abierto para poder escucharlas con el corazón abierto.

 

Teatro del Oprimido

 

Teatro de las Oprimidas Buenos Aires, Argentina. Foto de Sil Pacetti

El teatro foro nos permite poner en evidencia un conflicto, y que los espectadores se transformen en especta-actores interviniendo en la escena, buscando soluciones al conflicto y poniéndole el cuerpo para cambiar las cosas. Éramos todas mirándonos en situación y a su vez al vernos, poder cambiar, y poder pedir ayuda, saber que contamos con una comunidad de personas que nos apoyarían en una situación como las que exponíamos.

 

Luego de mostrar “nuestras” experiencias, “nuestras” escenas, en distintos espacios públicos y participar en distintos debates de la sociedad civil, entendí mucho mejor cómo podíamos utilizar estas técnicas en beneficio propio y de la comunidad de la que formamos parte porque no hablábamos de unos personajes lejanos sino de nuestros conflictos cotidianos.

 

Teatro de las oprimidas. Teatro Forum.

 

“Espectactores”: participación del público ante una escena de Teatro Forum. Frente al Senado y al Congreso de la Nación Argentina, durante la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Año: 2012.

DURANTE LA PANDEMIA

Pensé en la cantidad de opresiones que vivimos todos al mismo tiempo, y después de haber pasado dos años en pandemia, todos vimos las consecuencias de esa opresión, no sólo a nivel psicológico y personal, sino como comunidad y como sociedad global.

 

Creo que esta herramienta del teatro del oprimido hubiera sido de gran ayuda si hubiera estado “a la mano”, en cada hogar como parte de los “primeros auxilios”, porque en muchos casos los conflictos cotidianos se hicieron muy intensos y llevó a muchas parejas y familias a “actuar” o llevar adelante conflictos abiertamente, en lugar de observarse en situación, reflexionar y cambiar.

 

¿QUÉ NOS DEJÓ LA PANDEMIA?

Más allá de nuevas costumbres, nuevos hábitos y nuevos miedos, también hemos salido fortalecidos y resilientes, en los mejores de los casos. Sí, las violencias se acrecentaron, pero, idealmente, éste es y será un tiempo de reinventarnos, y en el que, con cierta distancia, podremos comenzar a platicar acerca de las situaciones que sentimos y pensamos que pueden cambiar, cuáles fueron y aún son opresivas.

 

Y en qué casos somos nosotros los opresores en algunas situaciones. ¿Nos damos cuenta o nos lo hacen notar? ¿Qué historias quieren ser contadas? ¿Qué circunstancias hemos normalizado? ¿Cuántas cosas nos hemos aguantado de decir y necesitamos expresar?

 

AUGUSTO BOAL

Augusto Boal, creador de esta técnica, la utilizó en distintos contextos y para hablar de distintos temas a lo largo de su vida y de las personas que se cruzaban en su camino, en sus talleres. Se sigue replicando en todo el mundo. La idea de aprender Teatro del Oprimido es poder replicarlo. Busca, aprende, enseña. El Teatro del Oprimido es de todos, el Teatro del Oprimido es para todos.

 

teatro del oprimido augusto boal

 

Boal, cuando estuvo en Europa, se encontró con un grupo de mujeres que creía que no vivían ningún tipo de opresión, por su bienestar económico y social, así tal cual como yo me sentía cuando mi amigo me dijo que tomara aquel taller con el grupo de teatro de las oprimidas. Y él les hizo ver a estas personas en breves encuentros, cosas que vivian en lo cotidiano, y habían normalizado.

 

Sí, ellas trabajaban, igual que sus maridos, pero ellas, llegaban a su casa y seguían trabajando, atendiendo a sus parejas y a sus hijos y ni ellos ni ellas vivían eso como una opresión sino como “el deber ser” de aquellas épocas. ¿Cuántas cosas no vemos porque están demasiado cerca? Cuántas veces el árbol nos tapa el bosque, ¿verdad?

 

teatro de las oprimidas

 

Escena de maternidad adolescente y falta de educación sexual, en el Encuentro Nacional de Mujeres en Posadas, Misiones, año 2012.

La tarea es inmensa y es eterna, porque el ser humano se encuentra en constante debate consigo mismo. Boal fue así como llevó sus herramientas al ámbito de lo legislativo, puesto que los debates que allí se llevaban a cabo ameritaban discusiones en las cuales unos pudiéramos ponernos en los lugares de los otros, para ver distintos puntos de vista, y así poder tomar decisiones basadas en información, en cómo afectan en la vida cotidiana de las poblaciones las cosas que mencionamos por su nombre y sus consecuencias concretas y reales.

 

Si quieres aprender más acerca de Teatro del Oprimido, aquí te dejo un video muy ilustrativo y hermoso en el que Lorena Pastor, docente del Departamento de Artes Escénicas de una universidad de Perú (PUCP), nos cuenta: “10 cosas que tienes que saber de Augusto Boal

 

También, comparto aquí un video que surgió de aquel taller de Teatro de las Oprimidas, en el que algunas de sus participantes mencionamos números estadísticos que muestran diferencias de género que había y aún hay: “La Lucha continúa“.

 

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